miércoles, 13 de agosto de 2008

Grandes Yacimientos: Cerro de los Batallones

Aprovechando el cierre de la campaña de excavación anual en el conjunto paleontológico del Mioceno superior del Cerro de los Batallones, queremos inicar en Más Allá de Somosaguas (UCM) Beyond Somosaguas una serie que, de manera aleatoria y sin ninguna periodicidad concreta, presentará algunos de los yacimientos paleontológicos más importantes de nuestra geografía así como del extranjero.

El conjunto de yacimientos descubierto en el Cerro de los Batallones (Torrejón de Velasco, al Sur de Madrid) es único por varios motivos:

1.- Presentan una elevada concentración de fósiles de mamíferos en un estado de conservación excepcional.
2.- En muchos casos estos fósiles aparecen en articulación, habiéndose llegado a encontrar hasta individuos completos en posición de muerte.
3.- Hasta la fecha se han encontrado nueve yacimientos en estrecha vecindad (en menos de 10 Ha).
4.- Algunos yacimientos presentan una fauna de carnívoros excepcional, indicando su posible origen como trampa natural, mientras que en otros se encuentran restos de grandes herbívoros.
5.- Aunque las características faunísticas de cada yacimiento son únicas, resulta probable que la formación de todos los yacimientos haya sido el resultado de la actuación de procesos geológicos comunes.

Breve historia de los descubrimientos

El primero de los yacimientos, Batallones-1, fue hallado en 1991 en el curso de las explotaciones mineras de sepiolita realizadas en el cerro por la empresa TOLSA, S.A. Tras varias campañas iniciales de excavación en los años 1991-1993, el inicio del nuevo plan de explotación por parte de esta empresa en el cerro propició que en el año 2000 se acordara un plan de seguimiento paleontológico. Desde entonces y hasta la actualidad, junto a las excavaciones sistemáticas llevadas a cabo en verano, se han venido desarrollando diversos trabajos de seguimiento encontrando nuevos yacimientos en el cerro.

Reconstrucción del paisaje del Mioceno superior en el área de Batallones (ilustración de Mauricio Antón)

Origen geológico de los yacimientos

El origen de este conjunto paleontológico puede atribuirse, a priori, a la existencia de un sistema de hoyos que actuaron como trampas naturales, en las que quedaban atrapados los numerosos vertebrados que habitaban la zona durante el Vallesiense superior, hace 9-10 millones de años. Estos hoyos se habrían formado por un proceso de "piping", también conocido como "karst en arcillas" o "erosión en túnel", por el cual se produjo una inusaul erosión hidráulica en fisuras que irían agrandándose hasta formar las cavidades que actuaron como trampas de los animales cuyos fósiles encontramos en la actualidad en los yacimientos.

Fauna

El conjunto de yacimientos paleontológicos de Batallones se ha hecho famoso a nivel mundial por sus restos de carnívoros, entre los cuales destacan los "dientes de sable" (Machairodus, del tamaño de un tigre, y Paramachairdous, de la talla de un leopardo). También hay restos de otras dos especies de félidos, una hiena primitiva parecida a una civeta (Protictitherium), un anficiónido (habitualmente conocidos como perro-osos, por su mosaico de características intermedias entre esos dos grupos), un oso (Indarctos), un familiar del panda rojo (Simocyon) y varios mustélidos (Martes, Sabadellictis y Proputorius).

Entre los grandes herbívoros destacan los rinocerontes (con dos especies), el équido Hipparion (que se diferenciaría de los actuales caballos y cebras por la presencia de dedos laterales en sus patas -los actuales sólo presentan un dedo único en cada pata-) y el mastodonte Tetralophodon. Junto a ellos, se han encontrado varios rumiantes, como los mósquidos ("ciervos" almizcleros) Micromeryx e Hispanomeryx, un sivaterino (jirafa de cuello corto y con grandes apéndices craneales -osiconos-) y varias especies indeterminandas de antílopes, así como un ciervo.

Junto a todos estos grandes mamíferos, gracias a las exhaustivas campañas de lavado-tamizado realizadas, también se han encontrado numerosos restos de pequeños mamíferos. Entre los roedores destacan por su abundancia los hámsters, con dos especies (Hispanomys y Rotundomys). También se han encontrado ratones (Progonomys), ardillas terrestres, lirones (Eliomys) y castores (Chalicomys). Los lagomorfos están representados por Prolagus, una pika. Dentro del grupo de los insectívoros se han encontrado erizos (Parasorex y Postpalerinaceus) y musarañas (Miosorex).

También se han encontrado numerosos restos de aves, principalmente rapaces del grupo de los buitres, y una herpetofauna variada. Restos de peces han sido encontrados en algunos yacimientos (Batallones-1 y Batallones-2).

Lecturas recomendadas